La construcción del futuro se articula entre la atención de los desafíos sociales presentes, la imaginación creativa de los mejores escenarios para la sociedad y una inteligencia social alimentada por la información, el conocimiento y la comunicación. Las tecnologías de información, comunicación y conocimiento amplían el potencial creativo de los seres humanos, pero también la incertidumbre sobre aquello que tendrá valor como objeto del aprendizaje y de la profesión.