El término moderno de ciudadanía es problemático porque su histórica vinculación con los principios ético-políticos del pensamiento ilustrado y con el Estado-nación reproduce, frecuentemente, las tensiones que debía solucionar. Las instituciones educativas tienen la responsabilidad de hacer congruente el discurso político y académico sobre nuevas nociones de ciudadanía con varias acciones educativas que den cuenta de las diversas visiones de mundo, grupos y prácticas. Una de esas acciones es el diseño y la publicación de los libros de texto. A través de un procedimiento de análisis original, basado en los principios ontológicos de la teoría del actor-red, hemos analizado el libro de textoFormación cívica y ética de sexto año de primaria, de la Secretaría de Educación Pública de México. Los resultados sugieren que el texto presenta varias incongruencias con las reformulaciones al concepto de ciudadanía que han realizado instituciones académicas y políticas democráticas, entre las que destaca la ciudadanía activa: las ciudadanías está aún ancladas al Estado-nación, a la normativa internacional y a las instituciones; es débil la presencia de escenarios más cotidianos para el alumnado en la formación de la ciudadanía, como el barrio o la familia; no se define algún símbolo contemporáneo de ciudadanía ejemplar y el papel de los valores morales en este proceso está subestimado.