Karl Marx luego de la nueva economía institucional
Descripción
In this paper, we consider the two main causation mechanisms characterizing Marxian theory: the one running from productive forces to relations of production (Marx I) and the other moving in the opposite direction (Marx II). We argue that Marx did not achieve a satisfactory integration of the two mechanisms and that he failed to point out how multiple technological institutionalpaths may stem from the cumulative interactions between relations of production and productive forces. In spite of many important analytical insights, NIE has exacerbated the primacy of technology and productive forces, which characterized «Marx I». After NIE, the analysis of thecomplex relations between «Marx I» and «Marx II» can still help to extend the scope of institutional theory and, in particular, its application to the comparative analysis of models of capitalism coexisting in the global economy.El argumento central del presente trabajo se centra en la identificación de dos «Marx». El primero de estos, denominado «hermano mayor» o Marx I, es el que visualizó el modelo de «socialismo de una única empresa», el cual permitiría un mayor desarrollo de las fuerzas productivas para obtener el beneficio de una coordinación planificada. En este caso, se destaca la influencia ejercida por la naturaleza de las fuerzas productivas sobre los derechos. El segundo Marx, denominado «hermano menor» o Marx II, es el que imaginó la utopía final del comunismo, en la que el trabajo sería tan interesante que se encontraría al borde de ser indistinguible del tiempo de ocio y cada individuo buscaría un empleo en función de sus preferencias en lugar de su conveniencia económica. En este caso, se destaca la influencia ejercida por los derechos sobre la naturaleza de las fuerzas productivas empleadas. Luego de realizar un análisis profundo acerca de las contradicciones y coincidencias entre ambos Marx y las teorías neoclásicas, ricardianas, smithianas, tayloristas, toyotistas y neoinstitucionalistas, se llega a la conclusión de que es necesario abandonar un modelo universalista en el que todas las sociedades deben seguir la misma línea de desarrollo. En cambio, es importante reconocer el llamado «micromarxismo», en el que la multiplicidad de formas que pueden asumir las organizaciones se da debido a los mecanismos de mutuo refuerzo que se experimentan entre las fuerzas productivas y los tipos de propiedad. La globalización es, por lo tanto, un fenómeno complejo que involucra no solo un proceso de convergencia, sino también una creciente diversificación de las relaciones entre los derechos de propiedad y las fuerzas productivas de los países y, por ende, lleva a la especialización. Por consiguiente, se llega a la conclusión de que la coexistencia de ambos «hermanos» es provechosa para abordar algunos de los acontecimientos de la realidad actual, donde se aprecia un mundo impuro en términos teóricos y la combinación de enfoques, antiguos y contemporáneos, otorga visiones más realistas sobre el desarrollo de la sociedad contemporánea.