En Nicaragua, abordar el tema de Seguridad y Soberanía Alimentaria en el actual contexto de crisis, conlleva muchos retos si tomamos como referencia la meta establecida para el Objetivo de Desarrollo del Milenio de reducir a la mitad la proporción de personas que sufren hambre, para mediados del año 2015. En una zona geográficamente remota, donde la economía de subsistencia y los embates perennes de los fenómenos climatológicos son el escenario de la cotidianeidad de las comunidades miskitas y mayangnas, representa para Centro Humboldt un compromiso institucional mantener las acciones con un carácter secuencial a fin de fortalecer las bases ya establecidas en los territorios a través de la ejecución de diversas iniciativas de proyectos. Las comunidades labran la tierra para fines de subsistencia. Aprovechan de modo extensivo tres entornos agrícolas: las tierras bajas bordeando el brazo del rio y las tierras relativamente más altas lejos de la comunidad sobre el río, ya que las tierras altas presentan menor riesgo de inundación en la actualidad. Por la concentración de la producción agrícola en las tierras bajas, los suelos productivos de la zona han sido fuertemente afectados por las inundaciones. Se puede hablar básicamente de dos procesos de deterioro: un proceso de lavado, en donde el agua arrastró las capas superiores de la tierra y un proceso de disposición de material sobre el suelo, estas disposiciones son de arena o lodo lo que provoca un aumento en la humedad y una baja en el nivel de oxígeno, causando una fermentación y calentamiento del suelo.