La palabra “forma” siempre tiene en Rubén un sentido estructural, de construcción artística. Para él la forma es el orden de los varios órdenes que concurren en el poema. Porque la materia poética y los materiales del arte son informes, y sólo en el poema se organizan. Nuestro poeta sabe, pues, que su oficio es conformar selectivamente esa materia y esos materiales, dándoles objetividad estética, La concepción dariana de la forma significa, en resumen, expresión bella; y lo que se expresa, se simplifica, es estiliza. Mientras que aquello que se da en bruto es confusión y nunca expresión. Toda obra estética resulta una figura de líneas convergentes. La creación es centrípeta, por esencia. Así, en Rubén, el ideal artístico se identifica con la perfección formal. La realidad entra en el poema transformada, a través de la forma. Y esa transformación poética consiste en cristalizar y en afinar los elementos elegidos por el artista. Porque la poesía es la gran síntesis de la realidad, que se plasma en un objeto bello: el poema.