Descripción
Hay un cierto fatalismo en la ideología campesina: su trasfondo religioso los enfrenta a la voluntad de principios trascendentes que están más allá de lo humano, cuyos designios son inescrutables, El “Dios lo quiere”, que movió a los cruzados europeos en su expansión hacia el oriente al rescate del Santo Sepulcro, originando de esa forma, la ruptura del mundo medieval. Iniciando con ello una época moderna. Pero en este caso, adquiere una interpretación negativa; el fin de la guerra, es cosa de Dios, hay que sentarse a esperar que él lo quiera.