Descripción
En el año de 1987, la Unión Soviética reconsideraba sus alternativas de desarrollo. El hecho de que es el hombre el que determina la estructura social resulta obvio en esas circunstancias en que, por un periodo de tiempo, el cielo es el único límite y parece que todo se puede cambiar, que todo es imposible y discutible. En tales condiciones también se abre una brecha entre los planes y la realidad social heredada del pasado, y muchas cosas dependerán de la forma en que esta brecha se cierre. Sea como sea, son tiempos inolvidables para aquellos que tienen la oportunidad de vivirlos. Una generación política se alimentará de las imágenes e ideas que ahora se establecen, como ocurrió en Europa Occidental en 1968: La izquierda esgrimirá esas imágenes e ideas en sus banderas y las mantendrá en sus esperanzas, la derecha las recordará en sus temores y odios. También se presenta la gran posibilidad de la victoria para los reformistas radicales en su lucha por lograr una reestructuración fundamental de la sociedad soviética. Todo eso haría de la Perestroika la transformación social más importante que haya experimentado el finan del siglo a nivel mundial.