El artículo del investigador Teodor Shanin, profesor de sociología de la Universidad de Manchester, cuya traducción ofrecemos en este número de Encuentro, es un paso adelante en el rescate de un Marx que pensó los problemas de las formaciones “periféricas” del capitalismo y repensó su propio esquema evolutivo de los modos de producción desde la perspectiva del “despotismo oriental” y los estudios sobre la comuna rusa “primitiva”. Nuestra teoría latinoamericana de la dependencia o las tesis del “desarrollo desigual” pueden reclamar con plenos derechos a Marx como su precursor. De igual modo resulta consecuentemente marxista la praxis de la pluralidad de vías al socialismo y queda descalificada –de una vez por todas- como reduccionismo anti-marxista toda interpretación que pretenda que el marxismo sea el libreto del supuestamente único tren que conduciría al supuestamente único mundo socialista del futuro.