Este artículo aborda los estrechos vínculos que existen entre los periódicos de Nicaragua y sus partidos políticos y su propaganda. Los políticos ejercen presión sobre los medios de comunicación, y toman represalias contra los que tratan de salir fuera de su orientación. Se analiza el caso de Barricada, una vez órgano oficial del FSLN, ahora parcialmente independiente. Por último, se exhorta a los medios de comunicación a practicar la tolerancia y el pluralismo y a fomentar una variedad de puntos de vista.