La autora vuelca en este escrito, probablemente, los deseos femeninos de su subconsciente, en cuanto a capacidad de apreciar la belleza, libertad de movimiento y de observación. Ímpetu que se topa con el cambio del estado físico y de apariencia a lo largo de la vida, la cruda realidad de las expresiones de vida hostiles de otros especímenes y la reintegración, después de la muerte, a la naturaleza como materia inerte, siendo el mérito más sobresaliente de este texto, su destacado sentimiento de felicidad en vista de su pertenencia a la “Paccha Mamma” (Madre Tierra).