La seguridad ciudadana, el equilibrio y la consolidación del estado democrático y social de derecho, se fundamenta en la estabilidad y coherencia del orden jurídico, en la internalización del mismo por el ciudadano y por el propio poder, y en la transformación de la cultura jurídica de la comunidad. La seguridad ciudadana debe conjugar no solo la vigencia formal del derecho y comprender la seguridad personal y patrimonial de las personas, sino también el derecho que tienen las personas a gozar de la vigencia real y efectiva de un estado de derecho constitucional y de un estándar mínimo o razonable de bienestar de salud, educación, vivienda e ingreso.