Descripción
Este artículo es el resultado de un estudio realizado entre 120 familias de la ciudad de Managua. La investigación revela que el ejercicio del poder en la vida familiar tiene un evidente sesgo vertical que apunta hacia el autoritarismo. En gran parte de los testimonios, se reconoce que predomina o han predominado formas violentas en la resolución de conflictos, particularmente entre padre e hijos. El conflicto, como tal, no se resuelve en el corto plazo, sino que se posterga. Mientras en el mediano plazo, favorece ciertas incertidumbres que alimentan una fuente embrionaria de violencia social.