En el marco de la globalización económica mundial, en octubre de 1999 Nicaragua aprobó una Ley que permite importar productos transgénicos. Esta Ley ha sido presentada como una alternativa de desarrollo tecnológico para la producción agropecuaria del país. Sin embargo, hay quienes opinan que al igual como ocurrió con la Revolución Verde, los beneficios económicos serán para unos pocos y los daños para la mayoría de la población. Este artículo presenta la posición de los biotecnólogos que promueven las bondades de esta tecnología y por otro lado, la posición de los ecólogos que señalan los diferentes riesgos de contaminación ambiental y la alteración del ecosistema.