Los disturbios naturales han jugado un papel importante en la reestructuración de ecosistemas. Retomando el ejemplo de la regeneración forestal después del huracán Juana en 1988 en Nicaragua e incendios forestales en el periodo posterior al año de El Niño de 1997-98 se ha determinado un cambio en los patrones de regeneración de muchas áreas de bosque huracanado a un patrón de regeneración después de incendios en muchas áreas.