La universidad como institución a lo largo de su historia ha jugado un papel protagónico en la sociedad. Hoy en un mundo en acelerado cambio, generador de enormes avances tecnológicos y productor de preocupantes cuotas de inequidad, pobreza, exclusiones y conflictos, la Universidad tiene un ritmo lento y pesado que no se corresponde con tradicional presencia en la investigación y el compromiso social que articulados con la docencia impulsaban el avance de la sociedad. El autor devela los temores en el ámbito general y en el concreto que por querer mantener sus conquistas pueden también mantenerla en parálisis.