La autora se pregunta si existe claridad de la importancia de la participación para alcanzar exitosamente los objetivos que pueden proponerse una institución, programa o proyecto, o más aún, para avanzar en el logro de un desarrollo “humano sostenible”. También se pregunta: ¿Por qué no hay satisfacción en la forma en que la gente participa? Qué es lo que falta para que esa participación sea efectiva? En este artículo expone algunas ideas que intentan dar respuestas a los interrogantes anteriores, siendo su interés principal que puedan ser útiles para la reflexión de profesionales que gerencian y/o brindan servicios dirigidos a sectores poblacionales afectados por múltiples carencias.