Este artículo fue leído en el seminario internacional organizado por la Universidad Nacional de Costa Rica, en San José, del 23 al 25 de noviembre de 1983, sobre el tema «Un estatuto de neutralidad permanente para Costa Rica y propuestas de paz para Centroamérica». El autor sostiene que la primera tarea indispensable para diagnosticar la crisis centroamericana y buscar las soluciones correctas debe ser la desideologización de todas las posturas. Las diversas ideologizaciones de las partes involucradas en el conflicto han impedido el uso de la razón para diagnosticar y resolver los problemas actuales. Debido a este proceso de ideologización es como se han dado formulaciones tales como la del «libro blanco» sobre El Salvador, la de una Nicaragua comunista y amenazante, la de una Honduras amenazada por la agresión comunista y en proceso democrático, etc. El autor concluye que por esta vía no se llega a la paz ni a la justicia. Consecuente con su tesis y como un ejercicio práctico a continuación presenta la realidad de El Salvador desideologizada. El dato fundamental de esta realidad es la guerra; justamente aquí es donde se han dado las mayores Ideologizaciones. Desideologizando la realidad, se proponen tres vías excluyentes de solución al conflicto: un triunfo militar con el consecuente aniquilamiento del bando derrotado, la partición del territorio nacional o un pacto negociado. El autor se pronuncia por esta última alternativa, la cual, para ser real, debe ser igualmente desideologizada. Finalmente analiza la proclama de neutralidad de Costa Rica, la cual debe ser sometida al mismo proceso desideologizador. La neutralidad no puede ser una actitud negativa de abstención, pues no se puede alegar neutralidad ante ciertos principios, valores y realidades que desde cualquier punto de vista ético o político son inaceptables.