Los partidos han tomado en serio para esta campaña presidencial el problema de los derechos humanos, presionados por la importancia que le atribuyen importantes fuerzas internacionales y nacionales. Pero algunos de ellos siguen evadiendo el comprometerse con medidas prácticas, que enjuicien debidamente el pasado y desmantelen definitivamente las condiciones que hicieron y siguen haciendo posible el que se den masivas violaciones de los derechos humanos.