La oportunidad histórica del mensaje del papa Benedicto XVI queda reflejada en el fracaso y en la decepción generadas por dos cumbres mundiales recientes, la conmemorativa de los 60 años de Naciones Unidas y los "compromisos mínimos" de la "OMC del desarrollo", tenida en Hong Kong. Cinco años después de la Cumbre del milenio, los 191 países miembros de Naciones Unidas no mostraron mayor interés por encarrilar tales objetivos, ni los relacionados con la paz, la seguridad y el desarme, ni los relacionados con la justicia económica. No se dio respuesta alguna a lo que, en terminología de Naciones Unidas, se conoce como las "amenazas duras" y las "amenazas blandas". Tampoco se logró una definición de terrorismo, al mismo tiempo que se silenció el tema del terrorismo de Estado. Al concluir la cumbre nos preguntamos, ¿por qué nos han decepcionado?