El objetivo de este informe periodístico es analizar los problemas que aparecen durante la búsqueda de trabajo de los integrantes de la comunidad sorda en Uruguay. Mientras el Parlamento analiza un nuevo proyecto para que las empresas con más de 25 trabajadores ocupen al menos un 4% de sus vacantes con personas con discapacidad, sólo hay dos organismos estatales que cumplen con estos cupos que son obligatorios en el sector público desde que se aprobó ley 18.651, en 2010. La problemática en el ingreso al mercado laboral se acentúa, además, por la falta de preparación de los jóvenes sordos que muchas veces – y sobre todo en el interior– abandonan los estudios por la falta de intérpretes en las aulas. El censo nacional de 2011 indicó, de hecho, que de los 320 sordos que ingresaron a liceos públicos en todo el país sólo 24 se graduaron. La siguiente investigación relata la situación de dos jóvenes que no se conocen, pero comparten una historia en común: Hugo Alonso trabaja como librero en el negocio familiar y el programador de videojuegos Rodrigo Couto hace tareas administrativas en la Intendencia de Montevideo para mantener a su hija, Clara. Además de mostrar las barreras del mercado laboral, el informe incluye datos del Consejo de Educación Secundaria y detalla el efecto psicológico que genera la frustración dentro la comunidad. Por último, presenta la postura de la asistente social Carmen Altez que, como representante de la Dirección Nacional de Empleo, asegura que no se puede pensar en políticas laborales exclusivas para sordos.