En la actualidad contamos con muchos aparatos que
nos mantienen en contacto con personas cercanas o
distantes tanto geográfica como sentimentalmente.
A través de teléfonos inteligentes, tabletas, computadoras
portátiles, computadoras táctiles, sistemas de
navegación en automóviles, tenemos la posibilidad de estar
constantemente informados de lo que otras personas
hacen, dicen, reportan o comparten. Podemos estar
actualizados constantemente, estar enterados de las
opiniones de expertos y seguir paso a paso las banalidades
de la vida cotidiana de personalidades del
espectáculo, la moda o la fama. A pesar de estar hiperconectados
y del exceso de datos al que tenemos acceso
no estamos más informados ni hemos mejorado cualitativamente
nuestras relaciones.