Muchos líderes, en México y en América Latina, tanto en organizaciones populares y barriales como en
instituciones políticas y partidistas, vieron nacer su compromiso social y político cuando participaron en
las comunidades eclesiales de base; estas comunidades como bien dice su nombre emergen en el seno de
la iglesia católica (eclesiales) en la década de los sesenta y sus integrantes eran sobre todo de estratos
sociales empobrecidos y excluidos (de base). Eran y siguen siendo, comunidades donde se reflexionaba
la fe y el seguimiento cristiano con el método de ver, juzgar y actuar.