La psicología comunitaria como campo cientíico, disciplinar y profesional está
por cumplir medio siglo. En la Tercera Conferencia Internacional de Psicología
Comunitaria, en junio de 2010 en Puebla (México), se abordó una visión crítica
acerca de sus avances y limitaciones. En el volumen I de las Memorias se plantea
“la necesidad de incrementar la actividad teórica de la disciplina, de desarrollar
habilidades analíticas y prácticas, de mantener vivo y alerta el ojo crítico, y de
ampliar el alcance de sus inquietudes en tanto punto de convergencia cientíico”
(Almeida et al., 2011: 35). En las Memorias de la Primera Conferencia Internacional
de Psicología Comunitaria, publicadas en Puerto Rico, el editor, Carlos Vázquez
Rivera (2009: xvi) expresa: “Las historias de nuestra disciplina tienen las bases
de las luchas comunitarias: inconformidad con las estructuras existentes, desafíos
[a] las instituciones establecidas, retos a los conocimientos convencionales, planteamientos
sobre las relaciones de poder y sus múltiples efectos, marginalización,
cuestionamientos éticos y un llamado a la acción política”.