Descripción
En su libro Imágenes de Dios para nuestro tiempo, Maria Van Doren, acomoda
y ordena numerosas fuentes, y con ellas va tejiendo una especie de petate
para alcanzar su objetivo.
Esto es normal en toda investigación, pero en ésta las fuentes son
respetadas en su propia naturaleza, de modo que el tejido que resulta es
colorido y variado, siguiendo cada fuente una determinada línea, muy
clara, que marcará un itinerario propio hasta el final.
Imágenes de Dios para nuestro tiempo no se va armando exclusivamente a
partir de un trabajo de investigación de campo, sino que se va asentando
desde la recuperación de una experiencia personal compartida que, paso
a paso, va aportando la consistencia que asegurará el valor que tienen las
imágenes de Dios en la experiencia de la religión del pueblo indígena en
la Sierra Negra de Puebla.