Descrição
Incluir al trabajo y a la tierra entre los mecanismos del mercado supone
subordinar a las leyes del mercado la sustancia misma de la
sociedad… Permitir que el mecanismo del mercado dirija por su propia
cuenta y decida la suerte de los seres humanos y de su medio
natural, e incluso que de hecho decida acerca del nivel y de la utilización
del poder adquisitivo, conduce necesariamente a la destrucción
de la sociedad. Y esto es así porque la pretendida mercancía denominada
“fuerza del trabajo” no puede ser zarandeada, utilizada sin
ton ni son, e incluso ser inutilizada, sin que se vean inevitablemente
afectados los individuos humanos portadores de esa mercancía peculiar.
Al disponer de la fuerza de trabajo de un hombre, el sistema
pretende disponer de la integridad física, psicológica y moral “humana”
que está ligada con esta fuerza.