Descripción
No es algo nuevo el hecho de que los seres humanos, a lo largo de
sus historias, se han visto enfrentados a lo diferente, al extraño; en
ocasiones, estos encuentros han sido razón de luchas, pero también
de regocijos. Por poner algunos ejemplos, en el libro del Éxodo se
nos cuenta que cuando los israelitas llegaron a la Tierra Prometida,
se vieron enfrentados a un mosaico de pueblos que desde tiempo
atrás habían venido habitando el espacio geográfico que Dios les
había entregado como herencia; en esa ocasión, el Pueblo de Dios
creyó interpretar que su papel debía ser el de purificadores, de
conquistadores de estas nuevas tierras, con el fin de establecer de
una vez y para siempre el reino de Dios en este mundo; en contraste
con las historias de conquista narradas en el Éxodo, en el Antiguo
Testamento hay pasajes en los que “lo israelita” se cuestiona, se ve
obligado a transformarse en medio de lo distinto y la sensación que
PREFACIO
8 Prefacio
nos queda al leer estos pasajes no es la de una pérdida o traición,
sino la de un enriquecimiento de la herencia divina. Una muestra de
esto lo podemos encontrar en el libro de Rut, en el que una mujer
gentil es testimonio del amor de Dios.