El segundo número de nuestra Revista Latinoamericana de Estudios Educativos, en su nueva época, se encuentra en una posición favorable para llevar a cabo la misión de difundir el conocimiento que se genera en las ciencias socioeducativas y para propiciar el diálogo entre la comunidad de estudiosos en la materia. Sin embargo, al mismo tiempo, se planta frente a una realidad dura en términos de inequidades e injusticias, de violencias y desinterés de parte de algunos de los involucrados en resolver los problemas. Éste es el reto, encontrar un balance entre los elementos impulsores y los que entorpecen. Desde el lado propulsor contamos con la claridad y gentileza de muchos profesionales de la educación del continente americano, que desarrollan investigaciones y sistematizan experiencias valiosas. Son estos académicos quienes nutren la revista con su conocimiento en diversas especialidades y desde diferentes latitudes y que, a la vez, tienen problemas e intereses comunes; se enfocan en desentrañar situaciones difíciles de la educación y en proponer algunas soluciones. Sin duda, con esta capacidad de analizar y explicar la realidad educativa, se podrán plantear vías de solución a los problemas que nos aquejan.