Descripción
Beatriz Palacios. Asistente editorial de IBERO
En este contexto surgió en los años ochenta del siglo pasado un movimiento conocido como Rupestre, conformado por Rafael Catana, Rockdrigo González y Fausto Arrellín, quienes enfrentaron una época de gran represión y prohibición del gobierno a todo lo que sonara a rock o viniera de la juventud, especialmente después del Festival de Avándaro de 1971. Para el coordinador del volumen Rupestre, el libro, Jorge Pantoja, “el rupestre es un movimiento de transición… el eslabón perdido entre la música de protesta y el rock urbano”, cuya aportación a la música, dice Fausto Arrellín, radica en “otorgar una visión muy cruda y a la vez muy vital de los habitantes (sobre todo de la ciudad), y sus encuentros y desencuentros con la realidad, con el poder”.