Descrição
La actividad se nos va imponiendo como una costumbre y como una necesidad. Es conveniente —más aún, indispensable— que trabajemos, por salud misma (muchos problemas brotan de la ociosidad). Sin embargo, también el exceso de actividad puede llevarnos a perdernos. Éstas y otras razones nos muestran la conveniencia de un mutuo enriquecimiento entre reflexión y acción. A nivel más explícitamente cristiano, esto podría expresarse como un escuchar al Espíritu y un realizar su obra. Escucha y realización que exigen cada vez con mayor claridad una dimensión comunitaria.
Ofrecemos así en este número una aportación a la comunidad cristiana en vías a comprender nuestra estrecha relación con el Espíritu.
Entre otros temas, también tratamos el detalle de una nueva basílica. Asimismo, nos preguntamos acerca de si tiene la Iglesia una función alientadora.