En este artículo se analiza la producción política de jóvenes activistas que puede reconocerse en claves contemporánea y tecnopolítica. Se aproxima al activismo que emplea tecnologías comunicativas para disputar la hegemonía a través de la cual sus participantes proyectan sus códigos y valores en torno a un conflicto. Para el análisis se recurre a dos experiencias juveniles de activismo político posteriores al movimiento YoSoy132.