El concepto de intuición en la crítica de la razón pura de Kant
Descripción
La auténtica creación, especialmente aquella que se extiende por sobre el promedio de los hombres y que se asegura como aparición espontánea y aislada; tan remarcadamente original y única, parte –como condición de su nobleza y su suficiencia individual–, precisamente del terreno de la colectividad y de su historia. Ciertamente surge como un rostro, diferente y perfecto, pero conserva los acentos y remembranzas de todos los rostros que ha asumido para superarlos y, sin embargo, contenerlos. Es en la reunión, reflexión y comprensión de un conjunto de sucesos aislados donde reside su originalidad e inventiva; no en la novedad absoluta sino en la confluencia de fuerzas y corrientes contradictorias de cuya aparente anarquía logra extraer el hilo constructor de la unidad sobre la visión fragmentada de la época. Ante la presencia concreta y ordenada de los grandes sistemas olvidamos fácilmente su génesis; la deslumbrante estructura del sistema desdibuja el terreno en el que profundamente penetra y asienta sus raíces, y desde el cual devela sus verdades. En ese mismo sentido nos referimos a la Edad Antigua, Edad Media y Edad Moderna, porque en esa referencia de nombre propio ya se hace consciente el reconocimiento de una personalidad propia y distintiva que sólo vislumbramos desde cierta distancia y bajo la concordancia de una actitud sintética. No es ajeno, tampoco, a la condición misma a partir de la cual los grandes sistemas se conforman como tales, que ante la observación más reflexiva y analítica se revelen abundantes sus íntimos engarces y sus prolongadas dependencias.Tesis Licenciatura (Filosofía) URL, Facutad de Humanidades
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