Las ciudades tienen una piel que las cubre que es su arquitectura.
Desde la cantera gris de sus fachadas, los ladrillos rojos trabajados en forma de petatillo
con aplicaciones de azulejos de talavera monocromáticos o policromos,
la argamasa blanca volando onduladamente en sus cornisas, los balcones esquinados, las hornacinas y sus santos, ventanas de hierro forjado, es el estilo regional poblano. Reseña del libro Casa Poblana, El escenario de la memoria personal de Lilia Martínez Y Torres.