¿Qué sucede con el adulto que espera que su vida sea como en una película de acción en la que maneja a toda velocidad y no le sucede nada? O ¿qué pasa con quien espera eternamente a que el príncipe azul del cuento aparezca? Permanecer en la ficción tiene muchas ventajas, pero si la estadía se alarga, el camino para encontrar la realidad se puede convertir en un calvario. Por ello, lo ideal es encontrar el punto medio que nos permita disfrutar de la fantasía, sin dejar de lado que hay que voltear a ver a la realidad, no solo para observarla como seres pasivos, sino para poder transformarla.