El presente artículo se propone desentrañar las claves internas del relacionamiento entre el actor técnico y el actor político en el caso de la reforma del sistema educativo impulsada en el Uruguay durante la segunda presidencia de Julio M. Sanguinetti (1995-2000). Complementariamente se analiza la gravitación que tuvieron dos factores externos de importancia en el proceso reformista: las estructuras del Estado y los organismos internacionales. Ambos fueron elementos facilitadores del ascenso de los técnicos y contribuyeron a moldear el relacionamiento entre ambos tipos de actores. Por último, el trabajo aborda brevemente las consecuencias que ello ha tenido sobre un dilema de larga data: la imposibilidad de una práctica real del ideal democrático de la participación ciudadana.