Este trabajo tiene cómo propósito responder a una pregunta personal: ¿por qué siento tanta culpa?, ya que esto último, la culpa, ha sido un sentimiento que me ha acompañado a lo largo de mis últimos diez años de vida. A raiz de la lectura juiciosa de textos de San Agustín y Santo Tomás —para poder entender la dimensión católica del sentimiento— y de Paul Ricoeur —para explicar históricamente la aparición y el desarrollo de la culpa en las religiones y en diversas sociedades—, se presenta una solución o, más bien, una especie de respuesta a la pregunta en cuestión, que pretende ser novedosa al nacer de una experiencia personal y, además, al plantear y explicar conceptos nuevos para entender la problemática de la culpa.