Las colas de colores brillantes de algunos lagartos parecen desviar la atención de los depredadores de las
partes vitales del cuerpo como la cabeza y el tronco, y dirigir los ataques hacia las colas autotómicas no
vitales. Por lo tanto, la coloración conspicua de estas colas autotómicas generalmente se considera como
un señuelo para los depredadores visualmente orientados como las aves. Estudios de campo previos
pusieron a prueba esta “hipótesis del señuelo” en especies de lagartos con diferencias ontogenéticas y
dimorfismo sexual en el color de la cola, implementando experimentos con modelos de plastilina
inmóviles para evaluar la depredación natural. Las tasas de depredación aviar en los modelos de cola
azul o roja fueron más altas que en los modelos completamente marrones o con rayas oscuras y claras, y
los ataques a los primeros se dirigieron predominantemente hacia las colas mientras que a los segundos
se dirigieron con mayor frecuencia hacia partes vitales del cuerpo, corroborando así la hipótesis del
señuelo. Sin embargo, la notoriedad de la cola no ha sido evaluada en especies sin cambios de color
ontogenéticos y sexualmente dimórficas. Además, se ha sugerido que el movimiento de las colas de
colores brillantes juega un papel clave en la atracción de depredadores, ya que podría reforzar la función
del señuelo. Los depredadores podrían usar el movimiento de la parte del cuerpo de color llamativo en
la selección de presas y, por lo tanto, es posible que no perciban modelos de plastilina inmóviles como
presas. Con base en esta hipótesis, la predicción es que las tasas de depredación en los modelos de
lagartos de plastilina capaces de mover las colas de colores brillantes serían más altas que en los modelos
inmóviles. Para poner a prueba esta predicción, se realizaron experimentos en campo usando modelos de
plastilina tanto inmóviles como con movimiento del lagarto neotropical coliazul Tretioscincus
bifasciatus (Squamata: Gymnophthalmidae) y de lagartos oscuros de control. Los modelos con
movimiento fueron atacados más veces en las colas tanto en los modelos conspicuos como crípticos con
movimiento. Además, las aves atacaron los modelos con movimiento en las colas significativamente más
que en los modelos inmóviles. Estos hallazgos corroboran aún más la hipótesis del señuelo móvil y
sugieren que los modelos capaces de mover sus colas pueden proporcionar una mejor estimación de las
tasas de depredación natural. Finalmente, se discute la importancia del movimiento de la cola para
evaluar mejor la hipótesis del señuelo implementando experimentos con modelos de lagartos de
plastilina.