Descripción
La sombra del sol es el mundo que se construye a partir de recuerdos, de andar sin camisa, de la tierra mojada, las hormigas, los azulejos verdes de la ducha, el camino a casa, la casa con puertas de metal, las estrellas, la libertad. De una vida en un rincón de tierra caliente. Es el recuerdo de un pasado mejor a esto, de pensar en los días donde el sol quemaba las venas y jugaba con el viento. Es recordar la luz que entraba por la ventana, las baldosas frías del piso, los pies descalzos y la felicidad de las mañanas. Es la soledad infinita, la compañía imaginaria y la falta de miedo.
Zephyra, una niña con una curiosidad insaciable impregnada de asombro y tristeza es la encargada de preservar este mundo al que ha llamado hogar y en el que juega, aprende, crea e inventa indiscriminadamente. Pero Zephyra tenía un problema, todo lo que descubría pasaba a ser parte del mundo y con el paso del tiempo los objetos se apilaban, se juntaban y aglomeraban en cada esquina, escondite y sombra del lugar. El problema no era solo la acumulación constante, Zephyra, para bien o para mal, olvidaba casi siempre y casi todo lo que había guardado; se prometía que volvería a usar alguno de sus objetos, que para algo servirían, pero la verdad era que nunca lo hacía y nunca encontraba qué hacer con todo lo que tenía.
Aquí Zephyra construye un nuevo hogar, un intento de remembranza de aquel lugar en el que los rayos de sol mantenían caliente y las noches eran suaves y frías. Acomoda cada objeto con el cuidado y el amor de quien intenta no olvidar y dispone todo en aquel lugar amable en el mundo. Un refugio, escondite, casa, espacio, un cuerpo que contiene todos los demás cuerpos, todas aquellas cosas llenas de polvo y memoria. Un sitio donde caer, vacío, desierto, gigante y olvidado, lleno de nada. Un espacio que busca ser rellenado con recuerdos que quieren ser dibujados; lleno de caos, incertidumbre, sorpresa, miedos y descubrimientos, así es este sitio lleno de hogar, de historias, juegos sin sentido, ruido y silencio. Y aunque se olvide, el hogar, aquel sitio que siempre mantiene de pie, aunque Zephyra no vuelva jamás a él. Persiste en el tiempo cuidando y resguardando eso que ya no puede ser.