Este artículo toma como punto de partida un cuestionamiento hecho a la postura tradicional en la que se señala a Antígona como una heroína y como defensora incondicional de las leyes eternas. ¿Podría decirse que lo es? Y, más aún, ¿podríamos afirmar que Antígona actúa de forma desinteresada? Estar orientada al amor, como nos revela en el verso 523, así como la constante proclamación del deseo de muerte y del reencuentro en el Hades con los suyos, especialmente con Polinices, nos lleva a poner bajo sospecha la aseveración heroica, dirigiendo nuestra argumentación, más bien, a un asunto al que no se le ha dado tanta relevancia al analizar sus acciones: su estado de ἀφροσύνη.