Una de las manifestaciones de la crisis de representación
que atraviesa Venezuela en el siglo
XXI es la representación política de las mujeres.
Aunque a nivel nominal y discursivo ha habido
un avance en los primeros años del nuevo milenio;
no ha habido una traducción equivalente
a nivel institucional o legal, siendo la única ley
aprobada la Ley orgánica sobre el derecho de
las mujeres a una vida libre de violencia.
Aún más, en materia de paridad, desde 1999
hasta la actualidad se ha registrado un retroceso
tras la eliminación del la Ley Orgánica del
Sufragio y la Participación política de 1997, en
cuyo artículo 144 se establecía la cuota del 30%
para cuerpos colegiados.