Descripción
La construcción de la imagen propia es esa representación mental que se obtiene de uno mismo. Esta autoimagen, no es más que una fotografía interna; el resultado de la forma en que una persona se ve así mismo; de la manera en que otras personas la ven, y la retroalimentación de estas dos figuras. Sin embargo, hoy en día la virtualidad atraviesa todos estos conceptos y se asienta en cada uno de ellos, transformándolos y mutándolos de maneras que no se habían contemplado antes de que la era digital nos traspasara.
Esta obra quiere, más que dar un dictamen, un juicio de valor o una respuesta sobre cómo afecta la virtualidad a nuestro cuerpo, a nuestra concepción de él y a nuestra identidad. Emplear algunas dinámicas que la era digital usa, para atrapar a los hombres.
Dinámicas como el video, que posee una cara de veracidad y una noción de un tiempo -otro- que solo lo virtual puede otorgarle.
La fragmentación, que es inherente en la identidad vista desde lo virtual y a la vez es una herramienta, de investigación y análisis en diferentes campos de estudio.
El narcisismo como práctica personal abordada a lo largo del recorrido en el arte, y como respuesta al hecho de que todo el tema se teje a través de ese hablar de uno mismo.
La abyección, como ese puente entre la fragmentación, la virtualización y el narcicismo.
Y, en última instancia, como un resultado de está búsqueda por querer re-conocerme a mi en otros, el punto de encuentro termine siendo mi cuerpo propio, el volver a mí misma. Porque al intentar deshumanizarme, no podía dejar de lado mi parte humana porque entonces lo que lograría sería un deshacerme.
Así, como un boomerang en lo virtual, como un narciso en lo abyecto y como un todo que nunca se separa de su fragmento, recordar lo enajenada que se encontraba esa niña que fui alguna vez, al situarse en un espacio y reconocer un cuerpo, como un ente, que, a pesar de lucir muy parecido a ella, definitivamente no era el suyo.
Esa extrañeza, esa sensación de asombro y horror al mismo tiempo, ese pedacito de realidad que solo era posible en la mente de esa niña, que solo era posible en ese espacio, que solo lo logra ese ente. Ese ente que siempre ha estado latente.
Ese querer de la artista, hacer que el espectador se sienta como esa niña ingenua.