Los diálogos, desde los de Casiciaco hasta las Confesiones constituyen no sólo los primeros trabajos de Agustín sino que ocupan un lugar principal en su obra, pues en ellos se encuentra un primer bosquejo de los elementos centrales de su pensamiento. De este modo es necesario hacer una lectura de estas primeras obras que, en cuanto proyecto, encuentran su culmen y su clave hermenéutica en las Confesiones.