Este artículo pretende acercarse al videoarte y repensarlo como una forma expresiva en la que la imagen recupera un estatus ontológico que permanecía eclipsado por la sombra del platonismo. Se intenta, además, buscar algunas raíces del videoarte, explicitar sus relaciones con las vanguardias, la fotografía, el cine y la televisión. Asimismo, el texto intenta poner sobre la mesa algunas reflexiones tradicionales sobre el videoarte y cuestionarlas desde una óptica menos convencional, más orientada hacia la reflexión que, a partir de éste, puede hacerse a propósito de las mímesis y la representación del mundo.