Descripción
Las diversas estrategias para la enseñanza de las ciencias naturales en la escuela ofrecen un amplio panorama que permiten que los niños se acerquen al conocimiento aprendido con la vida real, (Aramendi Jauregui, Arburua Goienetxe, y Buján Vidales, 2018), para ello es fundamental que desde la escuela se potencien habilidades científicas, y se generen nuevas metodologías que permitan reforzar el carácter significativo de los nuevos conocimientos alcanzados por los niños para que puedan enfrentar diversas situaciones de su vida cotidiana.
Por lo anterior la finalidad de esta tesis es explorar el desarrollo de habilidades de indagación en niños de 3° de primaria desde tres dimensiones: 1) cognitivas con el aprendizaje de las relaciones que establecen las plantas con factores como la luz y el agua, 2) socioafectivas desde las habilidades interpersonales como la motivación y trabajo colaborativo 3) físico-creativas a partir del diseño de un ambiente de aprendizaje basado en un juego de roles cuyo hilo conductor es un viaje de exploración de tres planetas, donde los estudiantes deben cumplir una serie de retos asociados a las habilidades de indagación, todo lo anterior en el contexto de un enfoque de enseñanza basado en indagación, puesto que permite el desarrollo de habilidades científicas, la construcción de conocimiento, y disposición hacia lo nuevo. (López, 2017), llevando además al estudiante a involucrarse activamente en su proceso de aprendizaje.
La investigación se enmarca en un enfoque cualitativo con la metodología de observación participante, cuyo trabajo de campo demandó técnicas e instrumentos cualitativos y cuantitativos para la recolección de la información. Se hace énfasis la observación de las interacciones que se presentan entre los estudiantes de grado tercero de primaria al enfrentarse de manera conjunta a nuevas metodologías y disposiciones de trabajo que los llevan a confrontar estilos tradicionales de aprendizaje con nuevas metodologías, que generan la autonomía y el trabajo colaborativo.
Los resultados evidenciaron que el trabajo con la metodología de indagación desde la dimensión cognitiva proporciona a los estudiantes evidencias científicas que les permiten generar preguntas, sin embargo prevalecen las preguntas cerradas o las que solicitan información, la representación de los datos es algo que debe seguir trabajándose especialmente desde el área de matemáticas puesto que les cuesta identificar las escalas de las gráficas, la experimentación todavía presenta errores debió a la utilización de instrumentos de medición y el uso de medidas, y en la comunicación todavía les cuesta hacer relación de la evidencia hallada con las ideas previas, por lo que no se logró que todos los estudiantes hicieran movilización de sus ideas para la apreciación de conceptos relacionados con las interacciones entre las plantas con factores como la luz y el agua.
Desde la dimensión socioafectiva se observó como la metodología de la indagación fomentó el trabajo colaborativo, el cual es un motivador en los procesos de construcción significativa de aprendizajes, pues al enfrentarse junto con sus pares a los retos propuestos desarrollaron dinámicas sociales que hacían que sus actitudes y habilidades interpersonales fueran reguladores de sus comportamientos permitiendo trabajar en beneficio de un colectivo, y no de manera individual como estaban acostumbrados.
En la dimensión físico-creativa el juego de roles se convirtió en un estímulo movilizador de aprendizajes, junto con la curiosidad que permitió captar la atención de los estudiantes en clase, pues al estar ante algo novedoso que los llevaba a buscar respuestas a sus inquietudes se promovió el desarrollo de habilidades científicas.
Finalmente se propone una reestructuración del ciclo de indagación propuesto por Harlen (2007) a una “espiral de indagación” como estrategia para el aprendizaje de forma activa y dinámica, donde el estudiante tiene la oportunidad de ejercitar su capacidad creadora y de autorregulación.