Descripción
Este trabajo de grado consiste en cartografiar la particular disposición anárquica del pensamiento de Jacques Rancière como matriz de su método de la igualdad o, como yo lo llamo, una arqueología. El termino an-arquía señala la ausencia de arkhê, es decir, de principio primero y fundador de un determinado orden de cosas, ya sea epistemológico, sensible o político. Es por eso que una disposición anárquica como la de Rancière está atenta a los momentos igualitarios que ponen en cuestión los arkhê que soportan los diferentes campos de pensamiento y acción de forma desigual y jerárquica. Para caracterizar dicha disposición anárquica se procederá por diferenciarla de la postura general del posfundacionalismo, corriente contemporánea a Rancière que si bien afirma la contingencia de todo lo que se presneta como necesario y naturalizado, lo hace mediante la ontologización de un espacio puro propio de lo político. Dicho espacio se presenta como la ley de lo otro, la ley de la diferencia que jamás podremos pensar. No obstante, la anarqueología de Rancière se niega a dar el paso de afirmar un anti-fundamento sublime. Se afirma en cambio un presupuesto o principio vacío que desjerarquiza y desordena los lugares del saber, de la estética y de la política en virtud de que se actue bajo su signo: la igualdad. La igualdad es un principio anárquico que provoca mediante su puesta en acto disensos, desacuerdos y malas cuentas donde solo era posible pensar bajo la lógica de la desigualdad y la dominación. La igualdad se verifica actuando igualitariamente, confiando en la igualdad de la inteligencia de cualquiera y no en un fundamento-otro subyacente que está en fuera del alcance. Quienes más confiaron en el principio de igualdad, y en sus consecuencias políticas antiautoritarias y emancipadoras, han sido los militantes y pensadores anarquistas, es por eso que, para un lector sensibilizado en el tema, la propuesta de Rancière resuena fuertemente con esta tradición del pensamiento y de la practica emancipadora. En este texto se explorará dicha relación, revisando tanto consonancias como diferencias, en función proponer una política igualitaria que rehúya de los espacios puros y monopolizados de la política y que escape de las dicotomías caricaturescas que oponen lo espontaneo a la organización, la autonomía a la institución, la anarquía al orden. Hoy es fundamental no perder de vista el principio de la igualdad anárquica para resistirse a la espontanea tendencia de consensuar con la naturaleza desigual de las instituciones existentes encarnadas en los Estados actuales y en la lógica del capital. Una disposición anárquica se hace importante para anarquizar de formas creativas los instrumentos políticos existentes y estar atentos a todos esos desplazamientos emancipatorias discretos que, aun en medio de los contextos más duros, invitan a imaginar y a actuar por la posibilidad de nuevos repartos de los sensible, nuevos mundos en este mundo.