El arte, como expresión de un inconsciente colectivo que través de personas sensibles, también tuvo su manifestación dentro de las culturas primitivas. En este caso concreto, los Muiscas, lo lograron por medio de símbolos y representaciones geomorfas a las cuales infundieron toda una complejidad sicológica y teogónica. Nuestra complicada mentalidad moderna occidental no los logra captar en los confines mismos de su intención, ni en la estructura básica de su aspiración, sino que sólo alcanza a vislumbrar el minucioso y paciente trabajo que ello implica. Pero, al detenernos tan siquiera un instante ante una de las obras, encontramos en ella todo un mundo imaginativo, toda una vida plasmada; que lleva fundidos en sí mismo una intrincada vastedad de privaciones y halagos, aspiraciones y frustraciones, complejos y reflejos; Son producto de una posición definida de| hombre ante el mundo, del hombre primitivo ante su ecología y su mente, ante sus estructuras sociales, su complejo religioso y su propia personalidad.