La disposición incorrecta de los residuos orgánicos, es la principal causante de la mayor cantidad de gases de efecto invernadero. El banano, al ser una de las frutas con mayor oferta genera una gran cantidad de desperdicio orgánico, dispuesto de tal forma que no se aprovechan sus cualidades. Este proyecto busca aprovechar la cáscara de banano criollo común cuando el banano ya no es apto para el consumo humano. Este insumo es tratado orgánicamente hasta alcanzar un textil que refleja los códigos visuales del banano y le devuelve la exotividad que perdió desde su primera exportación en el siglo XX. Luego es aplicado en un producto de moda femenina para ser exportado a Bélgica, el segundo país con mayor importación de banano en el mundo, con el fin de llegar a mujeres entre 20 y 50 años usuarias de bioproductos.