Descripción
La escritura se realiza siempre en privado. Incluso cuando tiene lugar en un entorno público nadie es consciente de estar presenciando el acto de escritura. Y, sin embargo, es una performance, ya que cumple con las características de una representación performática. Si no es concebida o recibida como tal, es tan solo porque no se explicita tal deseo. Este trabajo va tanteando, como una performance de danza contemporánea, esta posibilidad. Estructurado en movimientos que asemejan la estructura coreográfica de un montaje de danza, tantea hitos históricos, conceptos estéticos y filosóficos, incluso críticos, que van trenzando la relación entre la escritura y la danza contemporánea y, por extensión en última instancia, la performance. Se trata de la bitácora de la toma de consciencia de esa reverberación que se produce entre ambas disciplinas y que, posiblemente, estaba apenas esperando a ser alumbrada. El trabajo, tras el tanteo coreográfico, llega a la conclusión de que la escritura es, de todas las performances, la más radical por, precisamente, negar la necesidad del público para legitimar su existencia. La escritura es la performance de más ardua valoración, porque termina siendo invisible como tal, pese a existir. Como el concepto de infradelgado de Duchamp, uno debe admitir su existencia, incluso puede intuirla, pero no puede afirmar haberla presenciado. Esta visión de la escritura como performance privada es totalmente inédita en el campo crítico.