El consumidor como el último interviniente en la cadena de producción se ha concebido como la parte más propensa a sufrir abusos dentro del mercado por parte de las empresas, quienes se dedican a la producción de bienes y la prestación de servicios. Un ejemplo de ello se encuentra en el sector financiero quien en ocasiones han incurrido en prácticas que impiden la satisfacción del consumidor financiero y el acceso al sistema , por la falta de debida diligencia y el adecuado suministro de información en la prestación del servicio financiero. Sin embargo, gracias a la intervención del estado a través de las facultades conferidas por la constitución se ha dado paso a la creación de normas y entes que contribuyen a la protección del consumidor financiero.