Descripción
A raíz de la difícil situación que se vivió a principios del 2020 debido al Covid-19 y de las incontables consecuencias que todavía siguen latentes, es imposible no cuestionar al sistema en el que vivimos. ¿Cómo es posible que si un trabajador no sale un día a trabajar, no tiene con qué comer? Esta es una de las problemáticas más inquietantes que siempre ha estado, pero que ahora es más evidente que nunca. A partir de esto surge la búsqueda de posibles soluciones a través de la arquitectura. Por esta razón, este trabajo de grado va enfocado a la creación de espacios que integren la trama urbana y la actividad rural, tal como la producción agrícola por medio del aprendizaje y la pedagogía. El proyecto se basa en la rehabilitación y creación de franjas ambientales en lugares vulnerables y abandonados, convirtiéndolos en espacios generadores de recursos a diferentes escalas. El concepto arquitectónico que se considera más apropiado en la búsqueda de dichas soluciones es el de agropolis, ya que según Alberto Mendoza Morales “Es un espacio comprensible donde se cuida la sustentabilidad del patrimonio natural, se armonizan las funciones de campo y ciudad y conviven con equidad e inclusión las poblaciones campesinas y urbanas.” El proyecto busca salirse del esquema de la pedagogía tradicional, introduciendo nuevas metodologías de aprendizaje que se basan en la experiencia por medio de la exploración espacial y sensorial, y así aplicándose en la vida cotidiana.