Descrição
Abstracto
En la vivencia de la fe cristiana de la comunidad María Reina de Wharf Jérémie (Haití), se puede percibir la distorsión en la comprensión de la salvación cristiana en el imaginario de algunos feligreses. Así, la salvación se entiende bajo una perspectiva ideológica que la escinde bajo dos planos: uno contingente (materialista) y el otro trascendente (espiritualista). De cara a esta situación compleja que forma la realidad histórica de Wharf Jérémie, hay la firma convicción basada en la fe y la esperanza que es ineludible historizar la soteriología. Por este motivo, se afirma reconocer y desenmascarar las pistas espiritualistas como resultante, por un lado, de una pastoral eclesial católica en búsqueda de identidad, y, por otro lado, del proceso de evangelización protestante, en tanto que ambos se enfocaron en la espera pasiva de la salvación en forma de un asistencialismo inoperante. Luego, en segundo lugar, es necesario denunciar la politización de la recepción haitiana de la teología de la liberación, de lo cual resultaba la concepción teleológica de la salvación en términos de liberación sociopolítica. En este sentido, se quiere profundizar la soteriología histórica de Ignacio Ellacuría que es el sistema de liberación y salvación de una sola y misma humanidad que acontecen en una sola praxis histórica. Esto como potencialidad de una praxis que esté presta a escuchar la polifonía de narrativas en que esta situación de muerte resucite a partir de una teología de la gracia y una espiritualidad del seguimiento. Por este motivo, ha de optar por el cuidado de la vida, la comunión fraternal y la solidaridad comunitaria, porque la espiritualidad, la salvación y la escatología comprueban su invocación en los signos históricos de justicia, fraternidad, construcción de comunidad, libertad, opción preferencial por los pobres, amor, misericordia, el cuidado de la casa común, etc., sin los cuales no se puede hablar de una presencia salvífica de Dios en la historia de esta comunidad. Por consiguiente, se puede suscitar la construcción del Reino desde una escatología del ínterin del “ya” y “el todavía no” para esta comunidad a partir de las posibilidades de la historia y las fuerzas históricas; esto es, de las fuerzas que mueven la historia de esta realidad en su dimensión estructural y abierta. Esto lleva directamente a operar con una hermenéutica real, histórica y social hacia una soteriología histórica que se basa en la unidad de la historia de esta comunidad de tal manera que, rechazando toda posible mistificación e ideologización, la salvación sea históricamente dada, ofrecida y acogida. Para su desarrollo, se empleó el método hermenéutico teológico-histórico, sistematizado por Ellacuría, cuya finalidad era la mayor realización posible del Reino de Dios en la historia, puesto que la especificidad del contenido de la teología no es Dios sin más, sino Dios tal como se hace presente en la propia situación histórica.